La pintura es una de las artes más antiguas que existen (de hecho, sólo la música es más antigua). Surgió con la necesidad humana de plasmar vivencias para lo posteridad, ya fuera por pura vanidad o para realizar advertencias. En sus más tiernos inicios, los pigmentos utilizados eran bayas, hierbas, sangre y semejantes elementos básicos. Sin embargo, con el paso del tiempo se ha avanzado en esta disciplina y en la actualidad se cuenta con toda clase de útiles para toda clase de soportes. Pero no nos adelantemos y comencemos por realizar un breve recorrido a través de la historia de la pintura:
El arte parietal primigenio es propio del continente europeo, siendo nuestro país, junto con Francia, uno de los más ricos en hallazgos de este tipo. Si bien las pinturas rupestres más longevas están en el país galo, concretamente en la llamada cueva de Chauvet, no podemos olvidar las famosas cuevas de Lascaux y, por supuesto, Altamira (imagen).
De la Prehistoria pasamos a las antiguas civilizaciones de Babilonia, Egipto, Grecia y Roma, esencialmente. Especialmente significativas son las representaciones de las catacumbas y pirámides egipcias (además, no debemos obviar que la escritura jeroglífica es también un arte pictórico), así como los mosaicos romanos, utilizados simplemente para adornar las paredes de las casas particulares, especialmente las de los más adinerados.
Indudablemente inspirado en el anterior, el arte románico, de carácter y finalidad perceptiblemente religiosos, se desarrolló prolíficamente durante los siglos XII y XIII, comenzando con las miniaturas que los monjes copistas añadían a sus manuscritos y sin olvidar mencionar los conocidos pantocrátores. Posteriormente, llegaría la pintura gótica, siendo inevitable mencionar la figura de Giotto, que fue decisivo en el paso de este estilo al esplendoroso Renacimiento italiano (finales del siglo XIII), basado en el equilibrio y el ideal de perfección (cánones de belleza grecolatinos), que se extendió gradualmente por el resto de Europa. Fue en esta época resplandeciente cuando aparecieron importantísimos artistas como Da Vinci, Michelangelo, Piero della Francesca, Durero, Tiziano, Rafael, Botticelli, Perugino y muchos otros.
Este estilo fue sustituido por el nada menospreciable Barroco de Poussin, Rubens, Velázquez, Caravaggio, Vermeer y Rembrandt, pero pronto se vería eclipsado por el Romanticismo, con pintores del calibre de Delacroix, si bien fue un movimiento, en líneas generales, que influyó más notablemente en la literatura.
A partir de inicios del siglo XX, aún de forma algo coetánea al Romanticismo, surgieron una serie de movimientos artísticos conocidos con el nombre de vanguardias o ismos, caracterizados sobre todo por su rebeldía y modernidad, el afán de sorprender e innovar. Por mencionar algunas de las corrientes más relevantes, cabe nombrar el realismo, naturalismo, impresionismo y simbolismo, precursores de las auténticas vanguardias propiamente dichas: cubismo, orfismo, dadaísmo (cuyo divertido y fantástico manifiesto se os ofrece aquí), futurismo, expresionismo, surrealismo, fauvismo, abstraccionismo, rayonismo, neoplasticismo y, ya en torno a mediados de siglo, minimalismo, fotorrealismo y el prestigiosísimo arte pop estadounidense.
En la actualidad, la clasificación es mucho más compleja. Como en el siglo pasado, no prima ningún estilo, sino que existe una convivencia de diversos movimientos pictóricos de índoles diversas. Creo que una especial mención merecen el arte conceptual y, sobre todo, el grafitti, primera expresión desde la Prehistoria de un arte urbano, sin necesidad de especialización, accesible a prácticamente cualquiera, aunque ilegal en la mayoría de casos.
Como se ve, resumir la historia de la pintura es complejo (y creedme que lamento mucho la gran cantidad de autores que no he mencionado), dada la gran cantidad de estilos, corrientes y géneros. De igual modo, puede añadirse, como ya se adelantaba, que existen distintos tipos de materiales, soportes y, sobre todo, técnicas: cera, acuarela, témpera, óleo, acrílico, temple, pastel, tinta, fresco...
Es indubitable que, como todo arte, la pintura ha influido notablemente en la sociedad. Sin embargo, a diferencia de, por ejemplo, la fotografía (hija de la pintura y madre del cine), carece de cercanía a los individuos comunes, es un arte elitista, de entendidos y para entendidos. Ello no significa que una persona común no pueda disfrutar con un cuadro, pero no puede en modo alguno compararse a la accesibilidad comprensiva del resto de artes. Por otro lado, en esta entrada se ha sido muy riguroso con la definición de lo que es arte, pero, de manera más amplia, nos encontraremos que, en realidad, la pintura – y el canto – es el único arte en el que prácticamente todas las personas han participado alguna vez. ¿Quién puede decir no haber hecho un dibujo jamás? Sin embargo, no todos han escrito (entendido de forma creativa, claro está) y mucho menos compuesto música. Por tanto, la consideración de la pintura, la perspectiva desde la que se analice y la definición que se tome son aspectos esenciales para el comentario de este arte, pues, tal y como se ha visto, la divergencia es radical dependiendo de qué se considere pintura.
Quizá ahí resida precisamente la principal cuestión que influye al arte en general: ¿Qué es arte? Para mí, arte es todo aquello capaz de crear, transmitir, sorprender. No es sólo arte lo que se ve en los museos, sino también lo que puede verse en las calles o incluso pegado con un imán al frigorífico de una casa cualquiera. En tanto que transmita algo, eso es arte, pues tal es su fin: la empatía emocional. Y si hay un arte en el que la intuición lo es todo, es la pintura, dado que cualquiera puede interpretar las palabras de un poema o una canción (algo distinto sería la música sin letra, por supuesto), pero la magia de la pintura reside precisamente en que transmite distintos sentimientos e impresiones a cada persona: no puede catalogarse emocionalmente. Creo de verdad que eso es lo que lo hace distinto. Lo curioso es que, al pensar en arte, es precisamente la pintura lo que nos viene a la cabeza, siendo el arte más complejo de todos, en mi humildísima opinión.
Para finalizar, como mi compañera, me gustaría dejaros un vídeo que ha llamado particularmente mi atención. Mis opciones eran reducidas (o amplísimas, según se mire), pero finalmente he optado por un minidocumental de menos de 3 minutos sobre las vanguardias, que me parece la corriente más interesante con diferencia. Espero sinceramente que os guste: